Acá está lo real. Es un pensamiento que me invade mientras mi vista se pierde en la vegetación del patio de la casa de mi hermano. ¿Se le puede llamar patio a esta enorme extensión de tierra y pasto salvaje? ¿O se le dice, simplemente, terreno? Le queda mejor terreno, eso es indudable. Patio es una palabra que no alcanza a abarcarlo. Además, acá no hay paredes medianeras. El terreno de la casa de mi hermano está separado del vecino por una flaca y larga soga de nailon, que en algunos tramos desaparece entre los yuyos.
Esto es lo real, pienso, sentada sobre un palet rodeado de pasto y abrojos. Siento el calor del sol y la brisa fresca que viene del mar y que atraviesa el frondoso pinar que delimita la vista. Las cotorras chillan como locas y las tres gatas de la casa merodean a mi alrededor. Acá está lo real. Lo pienso con el entusiasmo de quien acaba de hacer un descubrimiento maravilloso.
sábado, 14 de diciembre de 2024
Crónicas costeras 3 - Acá está lo real
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Eme
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1 comentario:
Rodeado de cemento brota la envidia en mí.
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