El hombre
que estaba sentado al lado mío no dejaba de moverse, parecía que quería llamar
la atención. Primero le dio charla a la mujer con el ambo de enfermera que
estaba sentada enfrente, le preguntó algo sobre su perro y la falta de calcio.
La mujer le contestó amablemente y enseguida se calzó los auriculares.
El hombre
siguió con los movimientos inquietos, y su pregunta me agarró distraída, quería
saber cómo se llamaba el libro que había guardado. Me costó entender de qué
hablaba, me costó acordarme el nombre del libro, me costó acordarme de que
tenía un libro.
El
periodista y el asesino, le contesté, mirándolo de reojo y con la sorpresa
sonando en los labios.
Me miró
un rato y volvió a lo suyo: tamborilear los dedos, jugar con los cierres de la
mochila… y a la carga otra vez. Ahora quería que le cuente de qué se trataba.
Pensé que el viaje lo aburría o que no quería dormirse y me presté a la charla.
Esta vez lo miré de frente: era un hombre joven, morocho, lindo rústico y
tenía ropa azul de trabajo.
La
conversación no dio para mucho, un par de chistes tontos sobre quién había
sobrevivido en la historia del libro y nada más.
Así que
seguí en la mía, escuchando conversaciones que no me interesaban y él siguió
con esos movimientos que me intranquilizaban.
Pasaron
las estaciones. Llegué a mi destino y cuando me estaba levantando sentí su mirada.
Me giré, lo miré, y estúpidamente le prometí que la próxima vez que nos
cruzáramos le iba a contar el final.
Sonrió y
me dijo chau.
Me bajé.
Algo sonó en mi cabeza, algo me resultó familiar.
El tren
arrancó y desde el andén lo vi mirarme por última vez. Lo vi mirándome fijo y con
los labios apretados.
18 comentarios:
Lástima que el viaje no fuera más largo... tenía buena pinta todo.
Besos.
Un poco raro todo, a como venía, si duraba más el viaje, tal vez me hacía leer. Jaja
Besos, Toro!
Impecable.
Que sigan las crónicas te lo pido por Dior.
Besos.
��
Que curioso dialogo.
Besos.
la verdad que es intrigante... y si fue real mejor todavía....
¡¡ Esos labios apretados !!
Ese "Algo sonó en mi cabeza, algo me resultó familiar."
Queda elegir si familiar agradable o familiar enfermizo.
¡¡ Esos labios apretados !!
Me encanta tu asombrosa capacidad de trasmitir. Esa ¿facilidad? que tienes para poner en letras escritas sucesos cotidianos. Me gusta tanto que iba a poner unos puntos suspensivos, pero en honor a ti, los he censurado.
Gracias, Dana!
Me está gustando, eh, creo que van a seguir.
Besote!
Muy curioso, y fue más largo, pero dejé afuera muchas partes para que sea corto.
Besos, Demi.
Está ficcionado, JLO, pero fue real y mucho más raro.
La verdad, Guille, que ni yo sé si era algo enfermizo o agradable, no soy de analizar mucho las cosas después de que pasan, pero sí que había algo que me resultaba familiar.
Esos labios apretados no pudieron callar su mirada. (Igual nunca fui buena interpretando).
Guille, facilidad no es seguro, eh, que a mí escribir dos líneas me cuesta un montón.
Se agradecen los puntos censurados, imagino el esfuerzo que te habrá representado!! Jajaja
Qué intrigante! Muy logrado.
Muchas gracias, Ángeles. Hasta a mí me intrigo, me alegra saber que pude transmitirlo.
Besos!
La próxima decile la asesina resultaba ser mujer y que le gustaba charlar en los trenes para conseguir nuevas víctimas, hasta que finalmente se topa con un periodista... pero claro, antes se carga al morocho de ropa azul de laburo que hacía muchas preguntas
Beso!
Ay, me quedé con toda la intriga. Que lindo todo el relato. Si hay próxima vez queremos saber.
Te abrazo.
Detesto a los que no saben comportarse en el transporte público... Mira que interrumpir la lectura de ese modo.
Saludos,
J.
Jajajaja a lo mejor así se quedaba quieto.
Besos, Frodo!
Por supuesto, si hay próxima lo cuento. Otro abrazo para vos, linda Angie.
José, el tema es que en realidad el libro lo guardé por otra gente que no paraba de dar cátedra sobrenoséqué. Odio no poder leer. Pero igual, si no eran ellos hubiera sido el de al lado.
Beso
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