Misterios, huidas, piñas, secuestros, tiroteos (mucha pero mucha acción, en definitiva), son algunas de las especias que sazonan esta novela; disparatadamente divertida y con momentos de velada reflexión. ¡Simplemente, me encantó!
Nunca había leído al periodista y escritor argentino Osvaldo Soriano (imperdonable, ya sé). Conocía un poco su historia y leerlo era una deuda pendiente que me propuse empezar a saldar con su primera novela, Triste, solitario y final.
El título surge de la frase que pronuncia el detective Philip Marlowe al cierre de El largo adiós, novela de Raymond Chandler: “Hasta la vista, amigo. No le digo adiós. Se lo dije cuando tenía algún significado. Se lo dije cuando era triste, solitario y final”*. Frase que también usa Soriano a modo de epígrafe, porque justamente a uno de los que les dedica el libro es a Chandler; los otros son Stan Laurel y Oliver Hardy, humoristas cinematográficos más conocidos como El Gordo y El Flaco.
En Triste, solitario y final, Soriano es autor y personaje y se representa a sí mismo como un periodista argentino —rellenito, petiso y en ocasiones medio tarambana— que viaja a Estados Unidos en busca de información para escribir un libro sobre los legendarios actores Laurel y Hardy. Cuando llega, y por una de esas casualidades del destino, conoce a un viejo detective que hacía poco había estado en contacto con Stan Laurel. Ese viejo detective es nada más y nada menos que el mítico Philip Marlowe, protagonista de muchas de las novelas de Chandler, quien en su momento fuera descripto como un tipo joven, sagaz, un poco rudo y al mismo tiempo sentimental, y al que ahora se muestra viejo y fracasado, con su cinismo característico agudizado por los años y su eterna soledad. ¡Qué buena manera de rendirle homenaje!
La ciudad de Los Ángeles queda patas para arriba cuando esta dupla empieza a meter las narices en los más insólitos lugares y situaciones: en el medio de la fiesta mayor de Hollywood secuestran a Charles Chaplin, entre piñas y empujones un desaforado John Wayne cae en brazos de Mickey Rooney, Jane Fonda es besada por Soriano… algunos de los líos y personajes que reinan en este caos.
Necesito una pausa para cebarme un mate calentito y espumoso y repasar una de esas frases que le bajan los decibeles a la historia y que me gustan tanto:
“Vio el lago diminuto, solitario, la cinta de pavimento, la curva donde había detenido el auto aquel mediodía de hacía cinco años, la lluvia caía violenta y fragante y él se sentía solo. Había estado una hora con la vista fija en el horizonte, dejándose ganar por una melancolía suave”.
La amé mucho, lo amé mucho y hay más, pero hasta acá llegó mi amor… El mate y la relectura me entusiasmaron, así que a eso voy.
*Dato curioso: sobre el fragmento que utiliza para el título leí que es producto de una mala traducción, intenté encontrar la entrevista en la que Soriano lo cuenta pero no lo logré. La buena sería: “No voy a decirte adiós. Te lo dije cuando significaba algo. Te lo dije cuando era un saludo triste, solitario y definitivo”. Es muy interesante ver cómo una palabra puede cambiar el sentido de toda una oración. Al texto original tal vez le resta, pero al título de la novela (para mí) le hace un favor.
8 comentarios:
Indirectamente lo leí, en forma de la historieta dibujada por Sanyú, adaptando la novela.
Hay algo de la historia que no me convenció.
Es curioso que un buen título haya surgido de una mala traducción.
Besos
No he leído nada de él.
Buscaré y probaré.
Demi: Yo me divertí bastante leyendo y busqué más. Pero claro, te puede no gustar.
Lo del título me pareció eso: Un dato curioso. Me encanta encontrar esas cosas.
Besos
Toro, si encontrás espero que te guste, sino me vas a odiar! Jaja
Beso
El largo adiós de Chandler es "la" novela negra por excelencia.
Y la diferencia entre el primer adiós y ese que no va a decir es la consecuencia de saber. Y lo que explica el titulo "Un largo adiós".
Lo que nos cuentas hace interesante esa novela. Un tipo que besa a Jane Fonda se merece conocer al detective icónico.
Como lo cuentas (de bien) hace casi obligatorio buscar ese libro y leerlo.
Osvaldo Soriano, ídolo del FrodoBlog.
No solo porque leí sus novelas, y me encantan, como tambien sus cuentos de fútbol y algunos de sus escritos periodísticos me parecen fascinantes y completamente literarios y atemporales.
Sino porque además (y esto es fundamental en su cosmovisión) era un enfermo fanático de San Lorenzo.
Y yo, que escribo esto con la casaca del Ciclón, o siento como un hermano, tal vez como un tío que sabe contar cuentos.
La novela que más me gusta es "A sus plantas rendido un león"
Beso!
Guille: La verdad es que la disfruté un montón, me cuesta encontrar literatura divertida "nivel disparate", y esta lo es.
Chandler es lo más, fue uno de esos autores que llegó a mí sin que lo estuviera buscando.
Muchas gracias por lo de bien contado, yo creo que cuando escribo sobre algo que me gusta se me nota el entusiasmo.
Qué grande, Froddo. Los cuentos de fútbol también me gustaron (son geniales) y tengo en espera algunos libros más, es que si me gusta el autor no me puedo quedar con uno solo.
Ahora voy a tener que buscar esa que mencionás!
Beso
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