miércoles, 26 de mayo de 2021

Sentimientos mutantes

La ventana de su departamento da al fondo de mi casa. El perro ladra y ladra. Yo me molesto, le grito que pare de ladrar. Pasan las horas, se hace de noche, el perro llora. Y su llanto me contagia la tristeza.
Le hablo, le pregunto por qué llora. El perro, como toda respuesta, rasca el tejido de la ventana.
Alguien abre su puerta, prende una luz, le acerca un plato de comida. Cierra la puerta.
Es lo que intuyo, únicamente me guían los sonidos. Ni una palabra humana. Y el perro no para de llorar.
Mi enojo fue mutando a tristeza y ahora a preocupación. Qué será de sus dueños, ¿por qué ya no los escucho cantar?

Estúpida pandemia.


8 comentarios:

Amapola Azzul dijo...

Entiendo tu preocupación.

Besos.

TORO SALVAJE dijo...

Pobre perro.
La pandemia ha convertido a algunos en bestias.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Entiendo que hayas pasado del enojo a la preocupación, es que el llanto de un perro se hace notar. Está claro que tienen sus emociones.


Besos.

Ángeles dijo...

Pobre perrito. Y sabe, o siente, que estaría mucho mejor contigo. Eso quizá le da más tristeza aún.

Un abrazo.

Eme dijo...

Besos, Amapola ❤

Eme dijo...

Sí, pobrecito. Ahora soy la loca que le habla al perro solo. Pero al menos no llora tanto.

Besos, Toro.

Eme dijo...

Claro, es que me cansaba el ladrido, no supe que estaba solo hasta que después empezó a llorar.

Besos, Demi.

Eme dijo...

Ángeles, ahora le converso un rato y se calma. Antes me ladraba. Espero que pronto vuelvan sus dueños.

Un abrazo.