domingo, 25 de noviembre de 2018

Viaje en tren

El hombre que estaba sentado al lado mío no dejaba de moverse, parecía que quería llamar la atención. Primero le dio charla a la mujer con el ambo de enfermera que estaba sentada enfrente, le preguntó algo sobre su perro y la falta de calcio. La mujer le contestó amablemente y enseguida se calzó los auriculares.
El hombre siguió con los movimientos inquietos, y su pregunta me agarró distraída, quería saber cómo se llamaba el libro que había guardado. Me costó entender de qué hablaba, me costó acordarme el nombre del libro, me costó acordarme de que tenía un libro. 
El periodista y el asesino, le contesté, mirándolo de reojo y con la sorpresa sonando en los labios. 
Me miró un rato y volvió a lo suyo: tamborilear los dedos, jugar con los cierres de la mochila… y a la carga otra vez. Ahora quería que le cuente de qué se trataba. Pensé que el viaje lo aburría o que no quería dormirse y me presté a la charla. Esta vez lo miré de frente: era un hombre joven, morocho, lindo rústico y tenía ropa azul de trabajo.
La conversación no dio para mucho, un par de chistes tontos sobre quién había sobrevivido en la historia del libro y nada más.
Así que seguí en la mía, escuchando conversaciones que no me interesaban y él siguió con esos movimientos que me intranquilizaban. 
Pasaron las estaciones. Llegué a mi destino y cuando me estaba levantando sentí su mirada. Me giré, lo miré, y estúpidamente le prometí que la próxima vez que nos cruzáramos le iba a contar el final.
Sonrió y me dijo chau.
Me bajé. Algo sonó en mi cabeza, algo me resultó familiar.
El tren arrancó y desde el andén lo vi mirarme por última vez. Lo vi mirándome fijo y con los labios apretados.
  

18 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Lástima que el viaje no fuera más largo... tenía buena pinta todo.

Besos.

Eme dijo...

Un poco raro todo, a como venía, si duraba más el viaje, tal vez me hacía leer. Jaja

Besos, Toro!

Dana dijo...

Impecable.
Que sigan las crónicas te lo pido por Dior.
Besos.
��

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Que curioso dialogo.
Besos.

JLO dijo...

la verdad que es intrigante... y si fue real mejor todavía....

guille dijo...

¡¡ Esos labios apretados !!

Ese "Algo sonó en mi cabeza, algo me resultó familiar."

Queda elegir si familiar agradable o familiar enfermizo.

¡¡ Esos labios apretados !!

Me encanta tu asombrosa capacidad de trasmitir. Esa ¿facilidad? que tienes para poner en letras escritas sucesos cotidianos. Me gusta tanto que iba a poner unos puntos suspensivos, pero en honor a ti, los he censurado.

Eme dijo...

Gracias, Dana!
Me está gustando, eh, creo que van a seguir.

Besote!

Eme dijo...

Muy curioso, y fue más largo, pero dejé afuera muchas partes para que sea corto.

Besos, Demi.

Eme dijo...

Está ficcionado, JLO, pero fue real y mucho más raro.

Eme dijo...

La verdad, Guille, que ni yo sé si era algo enfermizo o agradable, no soy de analizar mucho las cosas después de que pasan, pero sí que había algo que me resultaba familiar.

Esos labios apretados no pudieron callar su mirada. (Igual nunca fui buena interpretando).

Guille, facilidad no es seguro, eh, que a mí escribir dos líneas me cuesta un montón.

Se agradecen los puntos censurados, imagino el esfuerzo que te habrá representado!! Jajaja

Ángeles dijo...

Qué intrigante! Muy logrado.

Eme dijo...

Muchas gracias, Ángeles. Hasta a mí me intrigo, me alegra saber que pude transmitirlo.

Besos!

Frodo dijo...

La próxima decile la asesina resultaba ser mujer y que le gustaba charlar en los trenes para conseguir nuevas víctimas, hasta que finalmente se topa con un periodista... pero claro, antes se carga al morocho de ropa azul de laburo que hacía muchas preguntas

Beso!

Angie Pagnotta dijo...

Ay, me quedé con toda la intriga. Que lindo todo el relato. Si hay próxima vez queremos saber.
Te abrazo.

José A. García dijo...

Detesto a los que no saben comportarse en el transporte público... Mira que interrumpir la lectura de ese modo.

Saludos,

J.

Eme dijo...

Jajajaja a lo mejor así se quedaba quieto.
Besos, Frodo!

Eme dijo...

Por supuesto, si hay próxima lo cuento. Otro abrazo para vos, linda Angie.

Eme dijo...

José, el tema es que en realidad el libro lo guardé por otra gente que no paraba de dar cátedra sobrenoséqué. Odio no poder leer. Pero igual, si no eran ellos hubiera sido el de al lado.

Beso