Algunas personas perciben el valor del dinero según les conviene.
Conozco a una que va a la verdulería y tres mil pesos le parece un montón. ¡Carísimo! Pero cuando le toca cobrar, un millón ochocientos mil pesos por un solo trabajo le resulta poco y ¡No puedo pagarle más a la que limpia! Y el verdulero, ¿qué se cree, che?