¿Cómo era?
Pienso una palabra:
Hambre.
¿Pero hambre de qué?
Hambre de palabras.
¿Cómo cuáles?
No sé.
Las palabras se esconden de mi hambre.
Siento el malestar.
Mi estómago no deja de rugir.
Tal vez ahí esté el secreto del dolor.
En las palabras que me faltan.
Escribir de noche es intentar.
Calmar el hambre.
1 comentario:
Creo que puedo entender ese hambre de palabras.
Y que no sepas de cuales. De lo contrario, estarían presentes.
Paradojicamente, lo expresás con poesía. Por lo que estuvieron presentes, mientras escribías estos versos. Con buen resultado.
Besos.
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