viernes, 29 de marzo de 2019

La recepcionista: cambio de merienda.


 
               




Clienta —¡Qué bueno, tienen librería! Y se llama Petite Librairie... ¡qué monada! 
¿Y se pueden comprar?

Recepcionista —...



domingo, 24 de marzo de 2019

Domingo de mates y de libros

 Mi viejo también hablaba con los libros. Lo supe hace unos años; estaba revisando la biblioteca, repasando los libros que me dejó, y encontré sus anotaciones. Ya los había leído, él me los pasaba pero, vaya uno a saber por qué, me había olvidado que los cuestionaba.

Lo mismo hago yo, pero no les tengo tanto respeto, no uso una hojita aparte, los subrayo, les hago preguntas en los márgenes, me río con el autor, me indigno. Y tantas cosas más.

Esta hojita la encontré suelta, no estoy segura de a qué libro pertenece, pensé que a El hombre mediocre, de José Ingenieros, pero por lo que dice supongo que a Las fuerzas morales, del mismo autor. No encontré el libro así que me puse a investigar y di con esta frase:
"Toda actividad debe tener un propósito consciente: no hacer nada sin saber para qué..." (Me suena de algo).

Entre las lecturas de mi papá y las frases de mi mamá (que merecen capítulo aparte) tengo clarísimo cómo es que soy la persona más terrenal de la tierra terrestre. Gracias. Y, Girondo: vos tampoco me importás.




viernes, 22 de marzo de 2019

¿Por qué no?

Pero eso no era cierto, 
no era más que un deseo carente de sobriedad.
La tarde había pasado y nada.
La noche se almidonaba en alcohol.
En otro momento se hubiese entregado a la escritura deshilachando palabras,
le hubiese contado que no aguantaba más nada.
Que la vida se había convertido en un cuarto silencioso,
que los mates no eran más que un rito solitario de yerba y agua.
Pero ¿para qué?
Para qué contarle.
Todo lo que ahora hace es premeditado,
lo sopesa, lo evalúa y se pregunta ¿para qué?
Aunque ganas no le faltan
de esgrimir una pregunta
-sin pensar-
que le devuelva el caos.


¿Buscar?



Dejar de buscar 
con la clara conciencia de que se deja 
no porque no haya, sino porque no se sabe
no es dejar de buscar, 
es darse un tiempo para saber 
que nunca cesa la angustia, 
al menos no para los esteparios... 
pero tampoco la búsqueda. 

           E. P.




Revisando borradores me encontré con este texto que guardé, era un comentario que alguien me dejó en un viejo blog y que me gustó. Lástima que ya no me acuerdo a quién pertenecen las iniciales. 

martes, 19 de marzo de 2019

Latidos sin corregir

Tal vez sea esto nomás
y olvidarse de las ganas.
Que ya a estas horas.
Que ya oscureció.
Cebarme un mate
aunque el agua esté fría.

Transcribirte en mi cuaderno
a punta de lápiz,
seguirte el ritmo -a veces- endiablado
aprenderte de memoria y recitarte.

Hacer dos pasos descalza,
mirar por la ventana.
Y la gotera y los chicos y el cansancio.
Que ya está bien.
Que ya no puedo bailar en puntas de pie.

Y que tal vez
sea esto nomás.
Volver al texto:
leerte, releerte, subrayarte.
Cebarme un mate y hamacar
mi tímido deseo en tus palabras.

domingo, 17 de marzo de 2019

A la recepcionista se le va la olla


Alumno ¿Puedo fumar en el descanso de la escalera?
La recep –...
Alumno –Pero cierro la puerta del medio. 
La recep No, eso es adentro, podés ir a la terraza.
Alumno Pero me da vértigo la escalera caracol.
La recep ¿Y no te da vértigo morirte de cáncer?


P/D: Fue la recepcionista, yo no tuve nada que ver.

sábado, 16 de marzo de 2019

Declarando al viento

Soy la viga que sostiene
las paredes de hojas secas
de esta casa
y que se clava en el suelo
de agua helada.
La ventana que se abre
perezosa a la mañana.
Las gotas de lluvia.
El viento que arrasa.
El latido que se mece
impaciente en tus palabras.  


sábado, 9 de marzo de 2019

Cita a ciegas

Miércoles 21.30 hs. (Whatsapp)

Leandro -Hola, ¿el viernes podemos encontrarnos? Lo más temprano posible.
Eme -Dale, ¿a qué hora?
L -A la que vos puedas. Un rato antes de salir te avisaría de todos modos.
M -Bueno, yo puedo desde las nueve, ¿te parece bien?
L -Sí. Fenómeno. Te confirmo antes. 
M -Genial.
L -Dale, nos vemos.
M -Sí. Nos vemos.

Hijos:
-Pero mamá, ¿estás segura? No sabés quién es el tipo.
-¿Querés que te acompañemos?
Mamá:
Mirada asesina.

Aunque los nervios estaban, pero eso era algo que sólo sus amigas podían saber.

Viernes 8.30 hs. (Whatsapp)

L -Cargo gnc y salgo. Te aviso cuando estoy cerca.
M -Perfecto, decime por qué lado venís.
L -Por Derqui. No conozco mucho. 

15 minutos después 

Eme -Estoy en la estación, calle Itacumbú, ¿venís por esa o por Marconi?
L -Estoy a 10 minutos, cuando llego te busco. No tengo idea.
M -Ok.

10 minutos después 

L -Estoy en Marconi, veo la estación, ¿dónde te busco?
M -Ya vuelvo, fui a mirar los negocios.
L -¿Nerviosa?
M -¡Ja! Bueno, andá hasta la estación, ya voy. 
L -¿Cómo te reconozco?
M -Tengo un libro en la mano. Tiene la tapa muuuy amarilla, me vas a ver.

Cara a cara

L -Hola, por fin te encuentro.
M -¡Por fin, cúantas vueltas tuviste que dar!
L -No importa. Por un libro hacemos cualquier cosa, eh.
M -Jaja.


La comodidad de que pasaran a buscar los libros por lo de "la recepcionista", me había hecho olvidar lo emocionante que puede ser ir de intermediaria a una cita a ciegas de un libro con su lector. ¡¿Qué se pensaban?!


La librera





viernes, 8 de marzo de 2019

Esta dulce manía de perder

Perdiste otra vez
los jardines y sus flores, las mañanas soleadas.
Los mates tibios, la cama acompañada.
Lo perdiste todo otra vez.

Nunca festejaría una derrota tuya,
nunca festejarías una derrota mía.

Somos polos iguales.