domingo, 4 de marzo de 2018

Divagues resucitados

Hace mucho que no comparto uno de los divagues de mi mejor amigo de todo el mundo, que ahora anda vagando más que divagando. 

“Sólo hay una cosa que no me podrán quitar, un lugar donde no podrán entrar, mi pensamiento.” Eso decía Winston durante el terrorífico relato de 1984. Terrorífico no sólo por el escenario, ni por la perversión, sino porque al final, su pensamiento fue erradicado. A veces me descubro pensando en esta frase mientras leo alguna noticia, mirando algunos artículos, bajando por el Inicio de mi Facebook... Quiero creer que la libertad de opinión, que la personalidad, que la individualidad todavía existen. Quiero confiar en que el pensamiento crítico y las variantes siguen formándose en alguna parte. Que existe algo más aparte del bucle acción-reacción. Que no todo es una moda pasajera. Que no todo sale de nuestra boca o nuestros dedos, o en ocasiones simplemente de un click, para no volver. Quiero confiar en que los “me gusta” no importan tanto. Quiero seguir pensando que hay más jóvenes que ven los antiguos estandartes como antiguos estandartes. Quiero pensar que en un mundo donde hay algo nuevo cada día, algún día habrán nuevas opciones y no una y otra vez el recuerdo de aquello obsoleto. Quiero que la memoria histórica sea historia y que todas estas nuevas herramientas traigan nuevos actos que recordar después. Quiero olvidar todo lo que me perjudica, me contamina y no me aporta nada. Quiero ver a la gente ayudándose, no vídeos de rescates de animales con un pequeño texto “el mundo no es un lugar tan terrible”. Quiero que exista el realismo y que se olvide de una vez el vaso medio vacío o medio lleno. Quiero que recordemos qué hemos hecho, ¡para aprender de ello! Quiero que exista la igualdad en la que no se distinguan los sexos, ¡sino que se habla de humanidad! Quiero que las cosas simples dejen de complicarse innecesariamente. Quiero que olvidemos todo lo que nos hemos autoimpuesto a golpe de “esto es verdad y punto”. Quiero que dudemos. Quiero que nos preguntemos, pensemos, reflexionemos y nos tomemos nuestro tiempo. Quiero dejar de escuchar eso de “la vida es corta y no tengo tiempo”. Quiero que pensemos si la vida tiene valor material, y si es así quiero que me respondas: ¿en qué moneda cotizas? Quiero seguir creyendo que el pensamiento sigue siendo aquello que no nos pueden quitar.

Londres, enero 2015
 Walter Germán van Diest

10 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Valiosos pensamientos

Eme dijo...

Sí, pienso lo mismo. Gracias, Demiurgo. Besos

TORO SALVAJE dijo...

Has matado mi desidia.
Has resucitado al niño que fui.

Gracias.

Eme dijo...

Ahora habrá que mantenerlo vivo.

Besos, Toro.

f dijo...

es mas que interesante...
dudemos
actuemos
pensemos

Eme dijo...

F, suelo hacerlo justamente en ese orden:
Dudo, actúo y después pienso jajaja

guille dijo...

hay cosas que hay que resucitar permanentemente para mantenerlas con vida.

Y si son del mejor amigo en el mundo mundial con mas razón.

Pd: Ese pensamiento post tiene que ser de lo mas interesante.

Eme dijo...

Hubo una época en que necesitaba desayunarme un reflexión para no dejarme llevar por la corriente que me arrastraba. Así que sí, bien vale resucitarlos.

Pd: Interesante y de lo más laberíntico, aunque nunca enroscado.

f dijo...

dudo
actúo
y después pienso.
y nunca me arrepiento!

(porque aunque meta la pata hasta la rodilla - o incluso hasta la ingle - siempre aprendemos algo... no?)

Eme dijo...

Ni hablar, mejor aprender que arrepentirse.
En una de esas sale bien.

Besos, f.